"En la voluntad de servicio y de trabajo por el bien común, los pobres y necesitados han de ocupar un lugar prioritario"

La innovación es el motor que impulsa la transición hacia una economía para el bien común, permitiendo el desarrollo de soluciones creativas y sustentables a los desafíos globales. Desde fuentes alternativas de energía hasta la constitución de modelos de negocio circulares, la innovación es clave para construir un futuro más justo, equitativo y amigable con el entorno. Esto, a su vez, está estrechamente vinculado al acceso a un trabajo digno que, además de ser productivo, proporcione ingresos suficientes, seguridad en el lugar de trabajo y protección social para las familias, así como mejores perspectivas de desarrollo personal e integración social. La continua falta de oportunidades de trabajo formal, la insuficiente inversión y el bajo consumo producen una erosión del contrato social básico en las sociedades democráticas: el derecho de todos a compartir el progreso.

La infraestructura adecuada es esencial para cimentar esta nueva perspectiva económica. Invertir en infraestructura física de menor huella ambiental, así como en infraestructura digital y social, garantiza el acceso a servicios básicos, fomenta la productividad y mejora la calidad de vida de todas las personas. La combinación de innovación y una infraestructura adecuada crea un entorno propicio para el desarrollo de empresas sociales, la generación de empleos de calidad y la protección del medioambiente.

Por otro lado, las ciudades representan el futuro del modo de vida global. La población mundial alcanzó los 8 mil millones de personas en 2022, de las cuales más de la mitad viven actualmente en zonas urbanas. Se prevé que esta cifra aumentará para 2050, cuando 70 por ciento de la población global tenderá a vivir en ciudades. Sin embargo, muchas de estas urbes no están preparadas para esta rápida urbanización, y el desarrollo de la vivienda, las infraestructuras y los servicios se verá superado, lo que a su vez provocará un crecimiento de los barrios marginales. Mientras el crecimiento urbano descontrolado, la contaminación atmosférica y la escasez de espacios públicos abiertos persistan en las ciudades, no será posible alcanzar el desarrollo sostenible.

El ITESO está convencido de que la educación tiene un papel fundamental en la construcción de un futuro más justo y sustentable. A través de programas académicos, proyectos de investigación y prácticas institucionales, refrenda el compromiso con la promoción de una economía para el bien común, alineada con los ODS. Al invertir en la educación, la investigación y la colaboración con la comunidad, la institución busca formar personas comprometidas con la construcción de un mundo más equitativo y justo. La filosofía detrás de la oferta formativa institucional está enfocada al fomento a un trabajo digno, la producción y el consumo responsables, así como en el desarrollo de soluciones innovadoras que aborden los desafíos económicos y sociales más urgentes de la actualidad.